Barcelona, Ciudad Condal (Parte 3)

Hoy vamos a continuar nuestra pequeña serie sobre la ciudad de Barcelona. Ya vimos la Barcelona romana, la Barcelona Visigoda, la Barcelona Musulmana y hoy es entonces el turno de la Barcelona Condal. Vamos a hablar desde la época en que Barcelona se convierte en la ciudad condal, dentro de …

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Hoy vamos a continuar nuestra pequeña serie sobre la ciudad de Barcelona. Ya vimos la Barcelona romana, la Barcelona Visigoda, la Barcelona Musulmana y hoy es entonces el turno de la Barcelona Condal. Vamos a hablar desde la época en que Barcelona se convierte en la ciudad condal, dentro de la órbita del Imperio Carolingio, hasta que se produce la unión dinástica con el reino de Aragón, naciendo así la Corona de Aragón. 

Vamos a abordar unos 5 siglos – vamos a conocer cómo Barcelona pasa de ser un pequeña ciudad de defensa entre los reinos musulmanes y cristianos, hasta que se convierte en uno de los enclaves comerciales más importantes del mediterráneo. 

Barcelona, Ciudad Condal

Para continuar con nuestra serie vamos a empezar justo donde nos quedamos, por esto les sugerimos que vayan a leer los 2 post anteriores – si no los han leído – por lo menos el último. 

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Nos habíamos quedado en que al final de la etapa musulmana de la ciudad, la cual termina siendo bastante corta: unos 80 años. Ya que, en el siglo 9, los valíes musulmanes son expulsados y la ciudad se convierte en uno de estos famosos condados dentro de la denominada Marca Hispánica. 

Vamos a empezar en este siglo, en el siglo 9, y vamos a llegar hasta finales del siglo XIV – momento en que Barcelona se convierte en una de las ciudades más prósperas y activas dentro de la Corona de Aragón. Que por cierto, la mayoría de edificios históricos que encontramos en la ciudad son justamente de esta última etapa. ¿El Barrio Gótico? Pero esto lo veremos más adelante.

Pero bueno, nos habíamos quedado con la llegada los musulmanes a la península, dijimos que habían controlado casi toda la península – incluyendo Barcelona – pero – una cosa que no comentamos antes – es que mientras teníamos todo este lío en la península, del otro lado de los pirineos, en el reino Franco, ya se estaba consolidando la figura de un personaje histórico muy importante – del que seguro han escuchado – llamado a Carlomagno. 

Este señor, este monarca, logra unificar bajo un solo poder político gran parte de Europa Occidental – hasta el punto de que intenta restablecer, nuevamente, la gloria del Imperio Romano. Que ahí donde lo ven Carlomagno llega a proclamarse emperador y todo. Pero, ahora, este proyecto paneuropeo estaba siendo un poco amenazado por estas tropas árabes y bereberes que habían salido de la nada y que se encontraban muy cerca de sus territorios. 

Es por este motivo que Carlomagno inició una campaña militar en la península, tratando de repeler la influencia musulmana más allá de los Pirineos, recuperar esta zona, la cual iban a servir como una especie de colchón o de protección para asegurarse de que todos estos ejércitos se quedaran en ese lado del territorio. Que este es, por cierto, el origen de la famosa Marca Hispánica. 

Luego, en estas zonas “recuperadas” se fueron creando condados, que eran como pequeñas provincias gobernadas por – condes – los cuales, en un inicio, dependían de los monarcas francos. (Condados de Rosselló, del Vallespir, el Conflent, el de Urgell, el de Pallars, el de Ribagorça, los de Besalú, Osona, Girona, y el de Barcelona.) 

Uno de estos contados, probablemente el más importante sería el de Barcelona – aunque la ciudad, técnicamente, no fue liberada por Carlomagno, sino que fue su hijo y sucesor – Ludovico Pío – quién después de un largo asedio logra expulsar a los valíes musulmanes de la ciudad, la cual a partir de aquí entra por un periodo de tiempo en la órbita del Imperio Carolingio. 

Aun así, una cosa que tengo que aclarar antes de que continuemos, es que, si bien, los musulmanes fueron expulsados de Barcelona – ellos no es que hayan dicho como “uy bueno, perdimos todo esto, qué se le va a hacer”. No, o sea todo lo contrario. Barcelona fue atacada constantemente, el siglo IX y X fueron una verdadera pesadilla. Aunque los musulmanes no volvieron a ocupar la ciudad de manera permanente, llegaron a atacar y saquear a la población en varias ocasiones. 

De hecho de esta etapa tan conflictiva, siempre se recuerda un ataque en particular, que fue sin lugar a duda el peor. En 985. El cual estuvo protagonizado, además, por un personaje bastante interesante llamado Almanzor. Lamentablemente, en este artículo no vamos a entrar en muchos detalles, porque bueno, sobre esta razia tenemos una entrada específica, Sant Pau del Camp y Almanzor. 

Pero para resumirlo mucho, este señor, Almanzor, fue un militar y político andalusí que tenía tremenda fama en la península ya que protagonizó casi medio centenar de campañas militares contra los reinos cristianos. Arrasó con Santiago de Compostela, Pamplona, León … los cristianos le tenían más miedo que a la misma muerte.

Y bueno, parece ser que Almanzor, que hace rato tenía a Barcelona entre ceja y ceja y – aprovecha un momento de debilidad de la ciudad – en que la relación del condado con los monarcas francos estaba cada vez más débil – marcha con sus ejércitos, logran penetrar las murallas de la ciudad, la saquea y al final la prende toda en llamas. De hecho, algunos autores, se refieren a este suceso como el momento en que Barcelona va a morir.

Y claro, parece ser que, después de este pequeño suceso con Almanzor, el conde de Barcelona, que nunca recibió el auxilio franco – que no sé si no quisieron o no pudieron auxiliar a la ciudad – el conde termina renunciando a esta relación de vasallaje que tenían – que en esta época la relación con los Francos era bastante sencilla – yo trabajo y te doy unos tributos, pero tu me proteges – pero, ya que los francos no estaban cumpliendo con su parte del trato, es por este motivo que el condado de Barcelona se va a terminar independizando. 

De esta primera etapa, también, se pueden imaginar, nos queda prácticamente nada, incluso los arqueólogos no han encontrado evidencias de los incendios y la destrucción, pero, una cosa sí sabemos es que después de este asedio, Barcelona, empezó con la construcción de diversas fortificaciones para mejorar las defensas de la ciudad.

Se construye el Castell Nou, en el Call; el Castell de Regomir, en la puerta del Mar; y se construye también un edificio para proteger el Portal del Bisbe. Aunque de estos edificios nos quedan muy poco. De verdad, los restos de estos castillos se encuentran casi que mimetizados en algunas otras construcciones un poco más modernas de la ciudad. 

Aun así, nos queda un vestigio minúsculo, ya que del que sería el Castell Nou sobrevive una ventana en un edificio de la calle del Call. Que bueno, sabemos que durante muchos siglos este castillo se mantuvo, se nombra siempre como zona de refugios de los judios durante el pogromo de 1391. Aun así, de toda esta fortificación quedó únicamente este pequeño detalle.  

Con el ataque de Almanzor cerramos esta etapa carolingia de Barcelona. Una etapa, ya vieron, bastante corta. Pero vamos entonces a finalizar el video – vamos a llegar hasta más o menos al siglo 14 momento, por cierto, en que Barcelona deja de ser esta zona de defensa entre fronteras y se convierte en uno de los enclaves comerciales más importantes del mediterraneo. 

La Corona de Aragón

Entonces, a partir del siglo 11, los límites entre musulmanes y cristianos empiezan a estar un poco más definidos, además de que bajo el liderazgo de los sucesivos condes de la Casa de Barcelona, empieza una etapa de “anexión de territorios”, digamos que todos estos condados que nombramos antes empiezan a unificarse.

Esta nueva etapa se inaugura principalmente con el conde Ramón Berenguer I, responsable de la incorporación de los condados de Gerona y Osona, pero, responsable también de que, – en todo este proceso – Barcelona fuera el condado que logra cierta hegemonía sobre el resto.

Esta tarea fue continuada además por su descendencia, lo que pasa es que aquí la cosa se complica un poco con los nombres, parece una historia de García Márquez, porque  Ramón Berenguer I  trasmite sus dominios a sus dos hijos Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II, pero luego vuelven las intrigas y el poder recae al final en el hijo de Ramón Berenguer II, Ramón Berenguer III, que, por cierto, se convierte en uno de los condes más importantes al incorporar territorios como Mallorca, Besalú y Cerdaña.

Aun así, al personaje al que necesitamos llegar es al hijo de Ramón Berenguer III, Ramón Berenguer IV. Porque es en el siglo 12, cuando este conde, Ramón Berenguer IV, se casa con la reina de Aragón, Petronila I.  

Y nuevamente – contexto – el Reino de Aragón, se había constituido un par de años antes, venían teniendo un crecimiento muy similar al condado barcelonés, el problema es que, en este punto de la historia, se había quedado sin una sucesión masculina, por lo que el matrimonio de Petronila se convierte en un asunto de Estado. 

De todas maneras la unión de Petronila y Berenguer IV fue meramente dinástica, porque ambos mantuvieron sus instituciones, fueros, etc. Pero Alfonso II, hijo de este matrimonio, finalmente hereda ambos territorios, logrando con esto, la unión entre el reino de Aragón y el condado de Barcelona, y se convierte, por lo tanto, en el primer rey de la Corona de Aragón. 

Desde finales del siglo 12 hasta mediados del siglo 14, los reyes de la Corona de Aragón emprendieron una ambiciosa política expansiva. Estas expansiones tenían como objetivo la apertura de nuevas rutas comerciales, pero, sobre todo, traer nuevos ingresos a la nobleza aragonesa. 

De esta época tenemos entonces a los famosos monarcas conquistadores como Pere II, Jaume I, Pere III, Jaume II – seguimos con los nombres repetidos – hasta que llegamos a Pere IV, el Ceremonioso. Estos reyes lograron anexar los reinos de Valencia, Sicilia, Córcega y Nápoles.

Los dominios de la Corona llegan incluso hasta los ducados de Atenas y Neopatria. Es en este punto cuando la Corona de Aragón logra consolidar un verdadero imperio marítimo en el mediterráneo. Y Barcelona, nuevamente, no se va a quedar al margen de todo este apogeo económico. 

A partir de esta época empiezan a llegar diferentes mercancías a la ciudad, los cuales eran redistribuidos en el interior de la península. Pero, luego, en Barcelona se logra consolidar también una industrial local, que producía una serie de bienes manufacturados, los cuales fueron introducidos en las rutas comerciales internacionales. Y todo esto, a su vez, dio lugar a la creación de diferentes instituciones creadas para el gobierno de la ciudad como fueron el El Consejo de Ciento y el Consulado del Mar.  

Pero bueno, aquí lo interesante es ver cómo a medida que la corona expandía su dominio por el mediterráneo, la ciudad empieza también una expansión de sus propios límites urbanos. Y es que claro, con esta activación de la economía y del comercio en la ciudad empezaba a fluir el dinero – además de que una ciudad próspera siempre es una ciudad atractiva – por lo que Barcelona empieza también a aumentar su población. Pensemos que desde la época romana la ciudad había tenido siempre el mismo tamaño, pero, gracias a esta bonanza económica, la ciudad va a empezar a expandir sus límites. 

Entonces, volviendo a la idea anterior, durante estos siglos la ciudad va a vivir una especie de revolución de su paisaje monumental. En esta época no existía pues un concepto de preservación del patrimonio como tenemos hoy en día, todo lo contrario, los pocos edificios antiguos que quedaban de la ciudad van a ser destruidos y sobre la misma ubicación se construyen unos nuevos. Además que ahora se está poniendo de moda un nuevo estilo, el denominado arte gótico, el cual llega a la región y empieza a expresarse en los edificios civiles y las principales iglesias de la ciudad. 

De esta época son entonces lugares tan emblemáticos como la catedral de Barcelona, parte del conjunto monumental del Palacio Real Mayor, que incluye el Salón del Tinell y la Capilla de Santa Ágata. Tenemos también las Atarazanas Reales de Barcelona, la Basílica de Sant Just, entre muchos otros edificios. 

Pero esto no se quedó únicamente en una transformación de los edificios. Toda esta prosperidad propició que Barcelona empezará los primeros asentamientos en los extramuros de la ciudad. Una vez alejado el peligro de las incursiones de pueblos extranjeros, Barcelona sale de sus antiguos límites y se empiezan a generar los primeros, digamos, núcleos medievales.

En esta época era muy común que los poblados se hicieran en torno a la iglesias, ya que daban estos edificios daban cierta noción de seguridad, física y espiritual, por esto tendremos que lo primeros barrios se configuran en torno a las iglesias de Santa María del Pino, Santa Ana, Sant Pere de les Puel·les y, la más emblemática de todas, Santa María del Mar. La Catedral del Mar. 

Y con todos estos nuevos barrios se hizo necesario  también ampliar el perímetro amurallado. Es entonces a partir del siglo 13, durante el reinado de Jaume I, que se inicia la construcción de la muralla medieval. Ya que era necesario, nuevamente, tener protegido a estos nuevos poblados que se estaban proyectando en la ciudad. La muralla por lo tanto integraba los barrios de la Ribera y Sant Pere de les Puel·les, y llegando, por el otro lado, hasta La Rambla. 

El crecimiento de la ciudad fue tal que ya para el siglo XIV, empiezan incluso obras para ampliar aún más este recinto amurallado, que incluyó el barrio del Raval, extendiéndose hasta alcanzar el actual Paral·lel y cerrándose por mar. 

Pero bueno, ya estamos entrando al siglo 14, entonces lo vamos a dejar hasta aquí. Vamos a dejar a Barcelona en un momento realmente pletórico, en su época de máximo apogeo, que, se pueden imaginar, a partir de aquí vendrán un par de problemas. Pero los sucesos que vienen después del siglo 14 los abordaremos en un siguiente capítulo de esta pequeña serie sobre la historia de la ciudad. 

Pero bueno, antes de despedirnos, de todas maneras tengan en cuenta que de esta última etapa son la mayoría de los edificios que se encuentran en los actuales barrios del gótico y del Borne. Si de las etapas anteriores vimos que nos quedaba poco, de esta se ha logrado mantener una parte considerable de todo este patrimonio. 

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